Dicen los sabios más sabios que no se trata de leer mucho sino de leer bueno. Nadie conoce los límites del cerebro humano pero sí sabemos que el tiempo que tenemos es limitado. Así que el quid de la cuestión está en saber elegir, en seleccionar aquellas lecturas que de verdad más nos van a aprovechar. Porque los libros son como las medicinas -o los venenos-, y lo que es bueno para unos no lo es para otros.
En esta casa vendemos libros viejos y antiguos. Unos han llegado a tener una edad venerable por ser buenos pero otros -¡ay!- han sobrevivido a la destrucción por ser bonitos. Dijo Dostoyevski que la belleza salvará al mundo… y dijo bien, pero de momento los que seguro que se van salvando son los libros bellamente editados. Nadie arroja al fuego un libro en piel, con nervios, dorados y grabados. En cambio ¿cuántas obras maestras habrán acabado en el retrete o envolviendo pescado por carecer de una encuadernación cuidada?
En fin, ¿cómo dar entonces con los libros que más nos convienen?
Tratemos de buscar algunas pautas:
1. La recomendación. Haz caso de aquellos que te conocen y te quieren. Da una oportunidad al libro regalado.
2. La recomendación inversa. Descarta aquellos consejos de lectura que vengan contaminados por torcidos intereses o por un marketing interesado.
3. La cata. Dedica el tiempo que haga falta a hojear y a rebuscar. En Libros con Historia estamos encantados de abrir nuestras puertas a los buscadores de libros.
4. Los clubs de lectura. Los clubs temáticos y abiertos, como nuestro Club de Lectura de Historia, o como los encuentros lectores Urroz Lee sirven para recibir de primera mano noticias, avisos y sugerencias lecturas siempre interesantes. Aprovéchalas para encontrar libros a tu medida.
5. La suerte. Creían los paganos que Fortuna era una diosa. Eso no es verdad, pero los que creemos en el mundo del Espíritu sabemos que existe la posibilidad real de que llegue a tus manos el libro adecuado en el momento propicio. Pídelo en tus oraciones. Es cuestión de estar atento. Como diría Coello, sigue las señales.
6. La intuición. Por último, no minusvalores las capacidades de tu sexto sentido. No todo en la vida es ni racional ni razonable. Deja volar las emociones, valora el trabajo del diseñador de la cubierta, deja suelto al subconsciente, ábrete a la sorpresa. Atrévete a elegir. Arriésgate a consumir de vez en cuando un libro mal escrito. Porque en el peor de los casos también de los errores se aprende, y a veces más que de los aciertos.
Lee, en fin, y todo irá mejor. Incluye tiempo de buena lectura en tus rutinas diarias y lo verás.